Escrit d’en Soufiyan, resident de La Caseta

09 Feb Escrit d’en Soufiyan, resident de La Caseta

Volem aprofitar aquest espai per deixar un escrit realitzat per en Soufiyan, un jove resident a La Caseta, que volem compartir. Aquesta és la seva història:

«Vine a España con la esperanza de encontrar una vida mejor, poder trabajar y ganar dinero para poder vivir y ayudar a mi familia, para poder tener futuro, para poder cumplir mis sueños y mis metas.
Pero jamás pensé que todo ello iba a ser tan difícil, tan duro.
Llegué a España sin tener familia, ni amigos, ni conocidos, nada de nada. Completamente solo, sin saber español, lo que hacía más difícil el poder encontrar trabajo, piso, comida, hacer trámites en el ayuntamiento o en el médico.
Sin información, yo solo me enfrenté a muchas dificultades y miedos, siempre sintiéndome solo.
Llevaba seis meses en España cuando apareció el COVID, la pandemia. Esto empeoró aún más mi situación, la hizo más difícil. Ahora estaba sin trabajo, sin dinero, sin comida y en la calle, por no poder pagar un alquiler.
En este momento conocí a alguien que, al ver mi desesperación, me contó algo sobre una asociación. Se llamaba CEDRE. Los contacté y me ayudaron. Desde entonces mi vida ha ido cambiando poco a poco a mejor. Con ellos me sentí tranquilo i recuperé la confianza en tener una vida digna, confianza que había perdido antes de que me ayudaran. Una casa para vivir con ellos como una familia y la comida necesaria, porque alimentarme es todo lo que necesito en la vida diaria. Me ayudan a aprender el idioma y hablar con fluidez, con lecciones semanales para practicar en casa. Busqué estudiar y aprender más, y ahora voy a clases de español y catalán, y hago cursos de orientación profesional, que me ayudaran a tener un futuro mejor. Poco a poco y estudiando mucho me puedo defender hablando, y esto me hace la vida más fácil.
Voy al gimnasio y hago deporte y me siento muy bien porque me distrae y me hace bien para la salud de mi cuerpo y mi mente. Pero, antes que nada, ahora ya no me siento solo; ahora son mi familia aquí, vivo con compañeros en situaciones similares a la mía y todos los días vienen voluntarios a vernos y ayudarnos en todo. Lo único que necesitamos a diario es cocinar, tomar lecciones y hacer preguntas para adquirir conocimientos culturales. También hablamos mucho de nuestras condiciones y de lo que necesitamos para un futuro mejor. Me gusta el tiempo que paso con ellos, siempre son sociables, amables y sonrientes. Celebramos juntos todas las fiestas y ocasiones. Con ellos no nos sentimos solos, y salimos y hacemos caminatas a diferentes lugares hermosos de la ciudad, para descubrir y conocer más cosas.
No quiero acabar sin unas palabras de agradecimiento a todos, por el esfuerzo que hicieron por apoyarme, a todos los que me apoyaron en los momentos difíciles y me ayudaron a superarlos. Muchas gracias a todos.»